La Tribuna
El número de denuncias de estos casos ha ido en descenso, no por una menor ocurrencia de estos, sino que por la poca efectividad de los organismos responsables de evitar estos daños.
Los perros asilvestrados en algún momento fueron abandonados por sus dueños y que después se convirtieron en animales salvajes cuando aprendieron a vivir y reproducirse sin depender del ser humano. Su presencia en los sectores rurales se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los agricultores nacionales debido al daño que ocasionan estos animales al ganado y también a la fauna silvestre del país.
Ante una realidad compleja, desde los gremios hacen un llamado a modificar la actual normativa que haga posible que la autoridad sanitaria pueda realizar un control específico de la población de ‘jaurías salvajes’ y prevenir así los riesgos a la vida de las personas y de los animales que coexisten en el ecosistema rural. Sobre estos ataques y los graves daños que han sufrido los ganaderos, muchos de ellos pequeños productores y agricultura familiar campesina, Marcos Winkler, presidente de Fedeleche, advierte que el problema sigue en aumento, pese a las normativas legales existentes. Es que la norma sobre tenencia responsable de mascotas y animales, conocida popularmente Ley Cholito, deja sin herramientas a los agricultores para actuar en los casos en que los perros asilvestrados causen una afectación directa y repetitiva.
PÉRDIDAS Y DISMINUCIÓN DE DENUNCIAS
‘Los ataques de los perros asilvestrados que deambulan sin control, no solo afectan la vida y salud de las personas que viven y trabajan en el campo, a los animales de los predios, causando mucho dolor y muerte especialmente a pequeños terneros, vacas y novillos. También se ha visto dañada la fauna silvestre que es parte del ecosistema que coexiste en el sector rural’, advierte Winkler, quien reafirma que esta situación ‘no solo genera pérdidas importantes al patrimonio de los productores, sino es una amenaza a la conservación de la vida silvestre y a la biodiversidad’.
Según el dirigente, no se trata de un problema aislado pero hizo ver que el número de denuncias por de los agricultores afectados ‘lamentablemente ha ido en descenso, a consecuencia de la incapacidad de la normativa de hacerse cargo de las dimensiones del problema’. De acuerdo al representante de Fedeleche, la actual legislación ‘claramente no nos protege como afectados’, lo que deriva en una constante de preocupación, no solamente por las pérdidas económicas y gastos adicionales.
FALTA DE HERRAMIENTAS
‘Por el momento, los productores leche y carne invertimos en seguridad para prevenir estos ataques al vernos afectados en forma permanente y reiterativa#’, asegura Winkler, quien critica la ‘ausencia del Estado y de control’. En dicho escenario, el dirigente ve con buenos ojos una iniciativa legal que busca declarar a los perros asilvestrados como una especie exótica invasora, lo que permitiría un mejor control por parte de la autoridad sanitaria.
Sin embargo, el proyecto de ley – que se encuentra radicado en la Comisión de Agricultura, Silvicultura y Desarrollo Rural de la Cámara de Diputadas y Diputados- está durmiendo en el Congreso desde el año 2018. ‘Actualmente, no tenemos herramientas claras para saber qué hacer frente a un ataque de perros asilvestrados y cuando preguntas a las entidades quién es responsable de dar respuesta al problema, ninguna quiere hacerse cargo, por lo tanto, se deberían tomar medidas para prevenir y mitigar los riesgos y daños con un control específico que declara a los perros asilvestrados como una especie exótica invasora, según describe el proyecto de ley’, plantea Marcos Winkler.
