Lechería y productos lácteos industriales
Cuando el Gobierno elaboró los 13 puntos para el sector agropecuario, señaló que “la lechería atraviesa un momento muy crítico, con dos problemas fundamentales: los precios de salida de industria regulados y las trabas en el mercado externo que no permiten sacar los excedentes productivos”, lo que generaba que los “tamberos argentinos reciban el precio más bajo entre los países representativos de la producción de leche”.
Claramente el diagnóstico que hacía el Gobierno a fines de 2015 era el correcto, la crisis lechera ya estaba sobre los productores de manera concreta. Pero este buen análisis sobre la realidad lechera no pudo ser resuelto en estos dos años, y la situación sigue siendo tan crítica como entonces.
Es verdad que se mejoró mucho en lo que es información con la creación del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA); que la mesa nacional lechera comenzó a funcionar reuniendo alrededor de una mesa, aunque no siempre, a todos los eslabones y que el precio mejoró levemente, pero la verdad es que con esto no alcanza para salir a flote.
A este contexto de crisis estructural, la lechería le debe sumar los problemas que le generó el clima en los últimos dos años. La inundaciones de 2016/17 y la sequía actual afectaron la producción, la calidad de la leche y la rentabilidad de los productores.
Si nos alejamos un poco y nos ponemos más críticos, tal vez podemos decir que si algo se solucionó de la crisis lechera, fue a causa de la desaparición de tamberos y de la concentración productiva, no del beneficio de políticas públicas. El Gobierno está en falta, y en este punto, hasta ahora, Agroindustria fracasó.
Fuente: El Diario de la República