ARGENTINA: CRIANZA; UN PROBLEMA QUE PERDURA

Cuáles son las principales falencias de los sistemas de crianza artificial. Un estudio realizado en Argentina les pone números.

El objetivo fue realizar un diagnóstico de situación de los sistemas de crianza artificial de terneros en la región de producción lechera más importante de Argentina.

El trabajo se llevó a cabo durante el 2013, año en que se realizaron encuestas en tambos correspondientes a 60 localidades de las provincias mencionadas. Se recopilaron datos de la forma de crianza de los terneros, su nacimiento, alimentación, sanidad, el manejo que se realiza con los mismos y el registro de datos que lleva el responsable, en 173 establecimientos. Además se tomaron muestras de materia fecal para diagnóstico de Cryptosporidium y muestras de sangre para evaluar el grado de transferencia de inmunidad pasiva de los terneros.

La gran cantidad de información obtenida nos permite realizar diferentes aportes, algunos de los cuales listamos a continuación.

Nacimiento

La baja capacidad de reponer nuestros rebaños con vaquillas propias es una de las más importantes causas que impide el crecimiento de los rebaños lecheros argentinos, sobre todo por la pérdida de animales en la etapa de crianza.

Durante nuestro relevamiento, detectamos fallas en el manejo y atención de los terneros al nacimiento. En el 96 por ciento de los casos, los partos son continuos, lo que determina que los nacimientos sean espaciados pero a lo largo de todo el año.

Las fallas por la baja atención de los terneros en el día de su nacimiento pueden influir negativamente en su supervivencia hasta la tercera semana de vida. Sólo un cuarto del personal dedicado a esta tarea mencionó haber recibido capacitación para realizarla y, en general, las capacitaciones ofrecidas no tienen un seguimiento por parte de los profesionales que las dictan. Además, en el 94 por ciento de los establecimientos, el personal realiza múltiples tareas como ordeño, crianza y/o atención de la recría, lo que le resta tiempo de dedicación tanto a las madres como a los recién nacidos.

Manejo previo al parto

Entre quince y treinta días previos al parto, en el 80 por ciento de los establecimientos encuestados, las vacas eran apartadas a un sector destinado para tal fin. Esto es apropiado porque permite ofrecer una alimentación adecuada a las madres en esta etapa y una mayor vigilancia del momento del nacimiento. Sin embargo, las dietas observadas indican que en la mitad de los establecimientos no se ofrecen niveles proteicos suficientes, lo que además de influir negativamente en su salud y en la producción de leche de su próxima lactancia, puede tener un impacto negativo en la calidad del calostro que produzca esa madre para la futura cría.

En lo referido al sector en el cuál paren las madres, el 61,7 por ciento de los corrales preparto no ofrece condiciones ambientales propicias por tratarse de terrenos inundables, con desniveles, pedregoso y/o con basura, animales muertos o placentas. Además, sólo la mitad de los establecimientos posee mangas para atención de partos y en el 36 por ciento de ellos, estas instalaciones se hallan alejadas del corral de partos o poseen escasa accesibilidad.

Durante esta etapa, sólo las madres del 43 por ciento de los establecimientos son inmunizadas con doble dosis de vacunas, siendo en un 77 por ciento de los casos para prevenir la diarrea neonatal y en un 46 por ciento para enfermedades respiratorias de los terneros.

Calostro

Como es sabido, el calostro es la primera secreción de la glándula mamaria de la madre luego del parto. Es fundamental para el ternero ingerirlo, ya que le otorga nutrientes e inmunidad para defenderse de las condiciones adversas y de los agentes infecciosos que se encuentran en el medio ambiente respectivamente. Es de gran importancia que el ternero consuma la cantidad necesaria en el momento oportuno, de lo contrario se enfermará con gran facilidad y aumentará sus probabilidades de morir. Además, el calostro debe ser de buena calidad; esto significa que debe contener inmunoglobulinas que protejan al ternero de una gran variedad de agentes infecciosos, es por esto que las vacas de segunda a cuarta lactancia suelen tener calostro de mayor calidad. La calidad del calostro de una madre puede ser mejorada con vacunaciones previas al parto para prevenir diarreas neonatales y enfermedades respiratorias. Según nuestro relevamiento, en términos generales, el personal desconoce el momento, la calidad y la cantidad de calostro recibida por el ternero. Las formas de calostrado y su porcentaje de adopción entre los casos estudiados son:

• Con la madre (47 por ciento): es decir, el momento y cantidad de calostro ingerido depende directamente del instinto materno de la vaca y de la capacidad de tomarlo de su cría.

• Artificialmente (26 por ciento): cuando se separa el ternero de su madre, se la ordeña y se le brinda al ternero el calostro con mamadera o sonda.

• Con la madre o artificial (16 por ciento): ocurre en los casos en que se detecta que el ternero no ha ingerido suficiente calostro con su madre, entonces se los suplementa con mamadera.

• La cuarta categoría considerada fue con la madre y artificial (11 por ciento): donde las crías no son separadas inmediatamente de sus madres, dejando la posibilidad de que los mismos ingieran calostro por sus medios y además se los suplementa con mamadera.

El calostrado exclusivamente artificial se puede relacionar con los tambos de mayor escala (más de 500 vacas en ordeño), donde lo realizan en el 63 por ciento de los casos, y sólo en el 19 por ciento en los de menos de 300 vacas en ordeñe.

Del total de establecimientos que calostran artificialmente, total o parcialmente a sus terneros, 88 por ciento utilizan calostro congelado; el grupo restante utiliza únicamente calostro recién ordeñado. La congelación del calostro generalmente se realiza en botellas, y si bien en sólo dos establecimientos disponían de dispositivos exclusivos para el descongelado, dicho proceso es realizado correctamente en la mayoría de los casos (80 por ciento): a Baño María, sin exponer el calostro a la llama directa y utilizando botellas limpias y de poca capacidad (dos litros). Otra particularidad es que el 80 por ciento de los establecimientos recolecta el calostro en la sala de ordeño y durante el mismo. Este tipo de manejo influye en la calidad del calostro por el tiempo transcurrido desde el momento del parto y su recolección. En el 78 por ciento de los casos, la recolección se realiza “en el siguiente ordeño”, lo que significa que luego del parto, la madre va al rebaño de vacas en lactancia y se ordeña junto con el resto del rebaño. En estos casos, el tiempo transcurrido puede variar desde el mismo día del parto a días subsiguientes, dependiendo del manejo del establecimiento.

La calidad del calostro no se evalúa en el 76 por ciento de los casos, un 11 por ciento utiliza calostrímetro (densímetro) y el resto menciona hacer una evaluación visual del calostro, que pese a ser un método netamente subjetivo, es un indicativo de que el personal se interesa por este parámetro.

Otro aspecto vital para el éxito de la transferencia de inmunidad al ternero son las horas de vida en las que recibe el calostro; sólo en un 37 por ciento de los casos hay certeza de que el calostro es ingerido antes de las doce horas de vida del ternero. Una forma simple y económica de evaluar el correcto calostrado de los terneros es utilizando un refractómetro, para lo cual debe obtenerse suero del ternero a partir de una extracción de sangre realizada luego de las 24 horas de nacido y antes del tercer día de vida, y utilizar el refractómetro para hacer una lectura de los niveles de proteína sérica teniendo en cuenta el valor 5,5 como mínimo para considerarlo adecuado. A pesar de ser un instrumento práctico y simple de utilizar, el 81 por ciento de los establecimientos no evalúa el éxito de la transferencia pasiva de inmunidad en las crías. En los casos en que se realiza esta práctica, un 94 por ciento lo hace mediante la evaluación por refractometría y el resto lo evalúa realizando el Test de glutaraldehído, que si bien es válido, es un método poco práctico, menos exacto y peligroso para la salud del operador.

Permanencia de ternero con la madre

Se recomienda dejar al ternero con su madre 24 horas, pero no más tiempo, debido a que los corrales para el parto y las ubres de las madres se encuentran generalmente con una alta contaminación que permite que el ternero se infecte con agentes patógenos, como aquellos causales de diarrea neonatal.

Alrededor de la mitad de los establecimientos (54 por ciento) aparta el ternero de su madre antes del día de vida, mientras los restantes lo hacen de forma más tardía: 34 por ciento lo deja entre uno y cinco días y el 11 por ciento más de cinco días, incluso hasta diez a quince días (Gráfico 1).

Medio ambiente del recién nacido

Luego del destete, un 36 por ciento de los casos no ubica al ternero en el sector destinado para realizar la crianza artificial sino que suelen dejarlos en un lugar cercano a las instalaciones de ordeño para que aprenda a ingerir leche desde un balde; esto es práctico para el encargado y además útil para mantener a los recién nacidos en un lugar más reparado de inclemencias climáticas. Este tipo de práctica también está relacionada con el manejo del resto de las actividades del personal en el establecimiento, pero no sería recomendable ya que se expone a las crías a un alto grado de contaminación durante los primeros días de vida en caso de que no se encuentren en lugares aptos para ellas. Por otro lado, las limitantes de lugar y disponibilidad de instalaciones ocasionan que los terneros acaben ubicándose en lugares como toriles, embudos, mangas e incluso corrales de espera de los tambos.

Identificación de los terneros

Llevar la información de las labores diarias y el estado de cada ternero permite realizar un análisis de nuestra performance en el manejo de los nacimientos. Para esto es fundamental identificar a los terneros el día del nacimiento; esto evita errores al momento de la toma de información, sobre todo en datos importantes como, por ejemplo, a qué madre corresponde cada cría y todo lo referido a su nacimiento: si tuvo o no dificultades para nacer, cesárea, ingestión de calostro, mellizos, etc. Sin embargo, sólo el 30 por ciento de los establecimientos realiza la identificación al momento del nacimiento o primeras horas de vida de la cría, un 32 por ciento lo hace en las primeras semanas de vida y los restantes establecimientos (38 por ciento) la realizan más tardíamente al desleche, en la recría, etc., lo que aumenta las posibilidades de error de identificación y la pérdida de recopilación de información.

Registro de datos

Identificar a los animales correctamente permite llevar registros de datos para los tratamientos de enfermedades, desleches, muertes y además realizar evaluaciones de eficiencia en la crianza y toma de decisiones o medidas de manejo, como la selección de vaquillas hijas de determinado toro o madre que mejore la productividad de los rebaños. En la etapa de nacimiento, el registro de tipo de parto permite prever posibles dificultades en el crecimiento y desarrollo del ternero en sus primeras semanas de vida en caso de parto distócico. También los nacidos muertos o los muertos perinatales alertan acerca de posibles problemas en las madres y los traumatismos recurrentes en los teneros durante el parto sugieren un inadecuado manejo del personal.

A pesar de todas estas ventajas, el tipo de parto sólo es registrado por un 20 por ciento de los establecimientos, lo cual nos indica una falta en la detección de las distocias que es la principal causa de muertes perinatales. Si bien en general las muertes son registradas (92 por ciento), es evidente la escasa existencia de análisis de datos de mortalidad anual (32 por ciento).

Conclusión

Los factores de mayor impacto en la pérdida de terneros al nacimiento son la inadecuada atención durante el mismo, falla en el suministro de calostro y falta de capacitación del personal.

Fuente: Infortambo Lechería Chile

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