Los agricultores de la provincia de Osorno se muestran preocupados por la excesiva lluvia de las últimas semanas que, sumadas al descenso en los termómetros, han retrasado el crecimiento del pasto que sirve de forraje, como también les ha impedido comenzar los cultivos de primavera. Esto se suma a un año con rentabilidad cero para el alicaído sector lechero.
La excesiva lluvia, que se ha dado en las últimas semanas -desde el inicio de la primavera en septiembre hasta este fin de semana-, sumado a las bajas temperaturas, son elementos que a juicio de los productores están perjudicando el rendimiento de las praderas, situación que los tiene especialmente preocupados en la provincia, y es que además de dañar el forraje, ha retrasado la época en que parten las siembras.
Michel Junod, gerente de Aproleche, explicó que «hemos conversado con muchos productores porque el clima se ha comportado de una forma no habitual, con intensas lluvias en los últimos días y bajas temperaturas, y esto tiene el suelo saturado».
En esta época -dijo- cuando el forraje conservado se ha acabado, no queda más que los animales salgan a consumir las praderas y como éstas están saturadas de agua, se rompe su estructura, pierden densidad y se provoca un tremendo daño que costará bastante recuperar.
Lo mismo expresó Silvia Richards, propietaria del Fundo Calabozo, quien subrayó que «las precipitaciones que se concentraron en las últimas semanas y las temperaturas que siguen bajas, han determinado que el crecimiento de los pastos esté bastante desfasado».
El presidente de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago), Christian Arntz, confirmó que el crecimiento de las praderas ha estado más lento que otros años a causa de las bajas temperaturas.
«Se ve algo de crecimiento de praderas, pero no es como el de otros años porque ha existido humedad, pero no hemos tenido las temperaturas que requieren los suelos. Todavía no se ha llegado a los 20 grados que se suelen dar en este tiempo y prácticamente estamos en noviembre», expresó.
En general, en la provincia de Osorno se da que llueve más en sectores que se ubican hacia la cordillera, como Puerto Octay, Las Cascadas, Puyehue, El Encanto, Rupanco y es en estos campos donde los terrenos se han puesto más blandos, por lo que el daño es complejo. Y aunque en los sectores que se ubican hacia el oeste suele llover un poco menos, igual han visto un crecimiento menor de lo esperado en sus praderas.
Así ha sucedido en el fundo de Silvia Richards, que se ubica en el sector de Las Vegas, Camino Real, y recalca que han sido varios factores que sumados, provocan los daños que hoy están afectando seriamente a los productores de la zona.
«Ha llovido tanto que, especialmente en los bajos, los suelos están con exceso de agua y las raíces además necesitan oxígeno, entonces este exceso de humedad hace que el crecimiento de la pradera sea menor. Si a esto sumas las temperaturas han estado demasiado bajas, bordeando los 10 a 12 grados con suerte. Es bastante dañino y ha determinado que hoy día muchos agricultores de la zona estén bien complicados», precisa.
Augusto Willer, cuyo campo se ubica en el sector de Remehue, añadió que justamente la sumatoria de condiciones climáticas hacen que el suelo se siga deteriorando, tal como sucede en el invierno.
«Entonces hay menos crecimiento y lo más preocupante es que, lamentablemente, el pronóstico muestra que seguirá lloviendo y se complica sobre todo para quienes tenemos que hacer los cultivos de primavera -maíz, forraje suplementario- porque tengo campo en una zona bastante húmeda que verdaderamente se ha convertido en un barrial», remarcó.
Cultivos
Los productores coinciden en que, además del crecimiento de las praderas, les preocupa el desfase que han tenido en sus cultivos, porque finalmente esto se traducirá en menor producción y baja rentabilidad.
Junod subrayó que no han podido hacer las fertilizaciones adecuadas, ni tampoco las siembras de cultivos suplementarios o praderas nuevas.
«Se están retrasando y eso también es malo porque van a quedar ventanas para hacer estos trabajos; por ejemplo, la fertilización ideal hubiese sido hace un mes atrás para que el fertilizante esté trabajando, entregando mayor producción de forraje estos días, pero han tenido que aplicar muy tarde los fertilizantes», indicó.
Por lo tanto, este retraso puede provocar que en el verano las praderas no estén firmes y ello acarrearía pérdidas.
En ese sentido, Willer agregó que «en temporadas anteriores, a estas alturas estaba listo para sembrar, con los cultivos hechos. Este año ni siquiera he podido empezar a cultivar y cada día que la fecha óptima de siembra se retrasa se traduce en kilos menos que tendrá la cosecha y el costo es el mismo», detalló.
Richards añadió que «esperamos que mejore el tiempo para poder hacer las labores de preparación de suelo y siembra de los cultivos que, este año, se han atrasados bastante. En años anteriores, a estas alturas, ya tenía todos mis cultivos sembrados -maíz, cole, mao- y este año no he logrado sembrar nada».
Alfredo Torres, investigador de Inia Remehue, especialista en praderas y cultivos, explicó que los productores que iniciaron sus labores de preparación de suelo con la debida anticipación (julio) y que poseen maquinaria propia, tuvieron algunas ventanas sin precipitaciones para efectuar sus siembras dentro de los plazos recomendados, esto incluye praderas y cereales dentro del mes de septiembre.
«Las brassicas forrajeras, como nabo forrajero y raps forrajero, todavía pueden ser sembrados entre el 22 y 26 de octubre como máximo», sostuvo el experto.
Indicó que los productores que no han podido sembrar deben tomar la decisión de hacerlo esta semana, corriendo el riesgo de que una disminución de las precipitaciones en la segunda mitad de la primavera puede afectar el establecimiento y rendimiento de sus cultivos y praderas.
Precipitaciones
Sobre las condiciones climáticas, Torres aclaró que en el período de fines de invierno y lo que va de primavera, las condiciones de precipitaciones y temperaturas se mantienen cercanas al promedio histórico de los últimos 41 años.
«El productor que cada año toma las debidas precauciones de reservar alimento para el invierno e inicios de primavera, no debería tener situaciones difíciles en estos momentos», indicó.
Agregó que las praderas con buena fertilidad iniciaron su rebrote a fines de agosto y las de baja fertilidad aún no inician su rebrote primaveral, pero no por razones climáticas.
Respecto de la intensidad de las lluvias en este período (desde mediados de agosto hasta el jueves) sostuvo que «el 23 de agosto tuvimos 23 mm. lo que fue bien absorbido por los suelos con buen drenaje, sin causar daños por pisoteo; los que se anegaron deberían considerar el uso de esta tecnología», precisó.
Rentabilidad
Junod sostuvo que si bien en término generales el año no ha sido malo en cuanto a producción, sucede que las rentabilidades han estado muy malas: «Es importante señalar que se suma el que no se puede trabajar bien con una mala rentabilidad y es un todo que afecta a los productores finalmente».
Lo mismo opinó Augusto Willer, quien indicó que ha sido una sumatoria de factores en contra los que agravan la situación. «A este problema, tenemos que sumarle la cero rentabilidad del rubro porque este año hemos tenido tres bajas consecutivas al precio de la leche, entonces tenemos más pérdidas que ingresos y ahora se retrasan las siembras, los cultivos suplementarios, el forraje para el invierno, por lo que son hartas cosas que nos están jugando en contra».
Richards enfatizó que es posible que la sumatoria de agua caída sea normal, pero estas precipitaciones se daban en agosto y septiembre, no a estas alturas del año.
«Las últimas semanas han sido terribles y eso ha provocado que el suelo esté saturado de agua. Más que la cantidad, ha sido la distribución de la lluvia que nos ha jugado una muy mala pasada y no hay nada que podamos hacer. El clima en ciertas ocasiones nos beneficia y en este momento nos está perjudicando, pero es parte de la agricultura», concluyó.
Fuente: Austral de Osorno