‘Los machos de lechería siempre han sido un dolor de cabeza para la industria láctea’, dice Emilio Martínez, investigador del Instituto de Ciencia Animal de la U. Austral.
Se refiere a que, para las lecherías, encontrar una alternativa económica para estos animales es un gran desafío.
Por ello, hay consenso en que la mejor forma para rentabilizar la crianza o engorda de los machos de lechería es apostar por una estrategia integral, que incluye aspectos como la asociatividad entre los productores.
Para Michel Junod, gerente de Aproleche Osorno, el problema tiene que ver con la estructura de cría de los machos. Una forma de cambiarla, según Junod, es a través de la asociatividad o el cooperativismo, lo que permitiría no solo aumentar su masa ganadera, sino también contar con una estructura más sólida y mayor poder de negociación ante los poderes compradores.
Los expertos también concuerdan en que es necesario que la ganancia de peso de los animales, especialmente en la crianza —la etapa más cara—, sea más eficiente.
Los expertos recomiendan el sistema diseñado por investigadores de la U. Austral, que permite que a los 6 meses los terneros alcancen entre 200 y 220 kg, es decir, 50-70 kg más de lo normal en el mismo período.
Este contempla disminución de la dieta láctea a los 40 días, lo que le permitirá ahorrar un costo importante —los terneros consumen entre 4 y 6 litros diarios de leche— y disminuir los eventuales riesgos sanitarios del proceso. La dieta es cubierta con una fórmula de concentrado, con especial énfasis en el nivel nutritivo, desarrollada por la misma universidad.
Otra alternativa es incorporar un porcentaje de animales con aptitudes cárnicas. En EE.UU. , por ejemplo, el 20% de las vacas de leche de peor calidad son inseminadas con semen de razas especialistas en carne, como angus.
Fuente: El Mercurio – Revista del Campo
