Precisamente frente a eso, Konow destaca que el menor valor por el producto limita la inversión en nuevas tecnologías, precisamente de Nueva Zelandia, lo que daña, dice, el intercambio económico entre ambos países.
La situación se parece a lo ocurrido en marzo de 2014, cuando los gremios lecheros de Biobío, La Araucanía y Los Ríos le entregaron una carta al ministro de Industrias Primarias de Nueva Zelandia, Nathan Guy, quien visitó el país junto al ministro de Comercio, Timothy Groser. En ella le expresaron: «Creemos que Fonterra -a través de Soprole- está en deuda con la lechería chilena, porque los valores y pasión que promueven su misión y visión como compañía, no han logrado materializarse en nuestro país y no se han traspasado a sus proveedores de leche».
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