PROVINCIA. El Gobierno Regional invierte sobre los $484 millones, mientras que los municipios gastan más de $161 millones en proveer con agua potable a sectores rurales. Como alternativa a los camiones aljibes, los municipios han comenzado a realizar proyectos de pozos profundos, entre otras obras.
Un estanque de color verde con un techo encima aparece justo al costado del camino hacia Puaucho, en el sector Bellavista. «Es uno de los 120 colectores que permite ‘cosechar las aguas lluvia’ en San Juan de La Costa», indicó el alcalde Bernardo Candia, acerca de una de las comunas más afectadas por la escasez hídrica en la provincia de Osorno.
La «cosecha de aguas lluvia» refleja la realidad inesperada que vive cada año una zona con alta pluviometría, pero que ahora enfrenta las consecuencias de la sostenida sequía entre 2010 y 2016, lo que según expertos sólo se podría contrarrestar con seis años de lluvias normales para recuperar el caudal de agua subterránea.
Una situación que todavía no ocurre, y por lo cual, los municipios locales deben emplear recursos propios y solicitar aportes al Gobierno Regional para enfrentar la escasez hídrica. Mientras, los municipios gastan más de $161 millones en recursos propios, principalmente en pagos de agua potable a Essal; el Gobierno Regional (Gore) invierte otros $484 millones en transporte del vital elemento hasta las comunidades afectadas.
Zona lacustre
En Puerto Octay y Puyehue, hasta el momento, sólo disponen de camión aljibe para emergencias. Eso sí, ambas comunas mantienen un plan para pozos profundos.
Puerto Octay proyecta postular y ejecutar pozos profundos mediante el programa de Agua Potable Rural (APR) de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere). Esto incluiría casi 45 kilómetros de red de distribución para llegar a Pellinada, Paullín, Gaviotas, Piedras Negras y Nochaco, entre otros lugares, beneficiando a 500 familias.
La alcaldesa María Elena Ojeda señaló que la escasez hídrica en la comuna «no es un problema menor y de hecho el 26 de septiembre tenemos una reunión para analizar la situación de un proyecto APR ejecutado por $130 millones porque existen terrenos en Cascadas sin agua».
En Puyehue, lugares como El Encanto cuentan con pozo profundo que beneficia a 250 familias. Otros sectores donde se proyectan obras son Puerto Chalupa, Radales, La Mosqueta y Pichi Pichil.
«Nuestra idea es enfrentar esto no como una emergencia porque el cambio climático vino para quedarse, sino tratar de dar una solución más definitiva e integral», sostuvo la alcaldesa María Jimena Núñez.
Consultada por la entrega de agua, Núñez indicó que cuentan con un camión aljibe para «casos muy puntuales porque no tenemos recursos ni personal, así que el intendente o el Gore tomarán las precauciones, si el año es muy seco».
Costa-quilacahuín
En la provincia, el problema de la escasez hídrica se acentúa hacia la precordillera de La Costa. Desde junio a octubre, San Pablo cuenta con un camión aljibe y desde noviembre a mayo, dispone de dos camiones que proveen agua, de lunes a viernes, a 63 familias de Chanco, Lololhue y Quilmahue, entre otros lugares.
El municipio invierte $4,4 millones en agua y el Gore $66,5 millones en transporte. La comuna es pionera en «Abasto de agua», programa de la Subdere destinado a sectores sin posibilidad técnica de APR, pero donde es posible realizar mejoramiento de norias y cursos de agua. Hoy se ejecuta un proyecto en Purretrún por $150 millones, para 29 familias. Además en carpeta hay otros cinco proyectos para Pucopío, Puquinahue, Purrucalhue, Putrafquín y Cofalmo.
También, San Pablo suma un sistema de APR en Cantiamo, y está diseñando obras para Quilén, La Poza y Bellavista. «Antes los vecinos tenían un pozo con balde, y ahora disponen de una llave a la puerta de su casa», valoró el alcalde Juan Carlos Soto.
Pese a los avances, la demanda por agua en San Pablo sigue creciendo. «Si bien es cierto ha habido lluvias aún no alcanzan los niveles normales y también las plantaciones forestales han perjudicado el caudal de las napas subterráneas», señaló el edil como factores de la escasez hídrica.
Asumiendo los costos
En situación similar, el municipio de Osorno distribuye entre 150 a 180 mil litros diarios mediante cinco camiones aljibes. Las beneficiadas son 747 familias de 28 sectores rurales como La Misión, Puloyo, Cuquimo, Forrahue, Pucoihue, Lumaco y Trinquicahuín, además de Las Quemas y Polloico.
El municipio osornino es el que más recursos propios destina a paliar la escasez hídrica. En 2017, invirtió $16 millones en agua y $72 millones en transporte y personal. Mientras, en lo que va de 2018 ya gastó más de $13 millones en agua, y otros $61.5 millones en transporte y personal. Actualmente, postula al financiamiento de tres camiones aljibes vía fondos regionales.
Al respecto, el alcalde Jaime Bertín indicó que «el agua distribuida es la más cara porque además de cancelar a Essal al precio del mercado, tenemos que trasladarla donde los vecinos con todo el costo que eso significa».
Detalló que en sectores «hacia La Costa el problema es más complejo porque no hay agua, en esto influye el cambio climático». Por otro lado, Bertín precisó que «antes, los vecinos rurales consumían agua de los esteros o ríos, pero hoy casi todos los cauces están contaminados, entonces la gente solicita agua potable en sus casas, y es un tema del cual nosotros debemos hacernos cargo».
Complejidad
Entre los meses de mayo y octubre, actualmente el municipio de Purranque gasta en promedio $1.8 millones en agua, cifra que subiría a $3 millones en los meses de mayor demanda entre noviembre y abril. Esto, debido a que se está regularizando la entrega de agua con Essal. Así, el presupuesto bordearía los $29 millones anuales en agua, mientras el Gore aporta $84 millones para transporte (dos aljibes).
Durante los meses de menor demanda entregan agua a 100 familias con 328 personas, cantidad que sube a 260 familias y 830 personas en los meses peak. Son sectores muy críticos como La Poza, Rinconada y Crucero. «El año pasado vimos que en noviembre, existe una demanda fuerte de las familias, y eso que tuvimos un mes de septiembre bien lluvioso», señaló el encargado de Seguridad Pública y Emergencia, Juan Carlos Delgado.
Sobre la escasez hídrica, el funcionario purranquino señaló que «la escasez hídrica es un problema complejo de resolver; en la comuna el subsuelo está sin agua, llueve mucho pero el agua escurre y se pierde; expertos señalan que no es un problema de volumen de agua caída sino un problema que viene avanzando desde el norte y es probable que en unos años se agudice», dijo Delgado. También, apuntó a la degradación de suelos producto de las plantaciones forestales, la falta de fiscalizadores para los cursos de agua, y la proliferación de pozos profundos en predios agrícolas que «han secado pozos más pequeños».
Recursos insuficientes
Todas las semanas, dos camiones aljibes entregan agua potable a 250 familias de Río Negro. El presupuesto municipal bordea los $24 millones anuales para cancelar el agua a Essal y transporte; y el Gore aporta otros $84 millones para transporte.
«Recibimos apoyo del Gore, pero no alcanza, por eso debemos usar recursos propios para atender el problema del agua potable rural», dijo el alcalde Carlos Schwalm. Agregó que también implementan pozos profundos como el que se ejecutará a contar de octubre en Los Castaños, además de proyectos de APR como el de San Florentino para 92 familias, recién inaugurado. Pero «técnicamente la red de agua potable no puede llegar a ciertos sectores y esas son las familias que atendemos hoy», dijo.
«Los sectores de la precordillera de La Costa son los más afectados con la escasez hídrica en la actualidad», indicó Schwalm. Criticó que en la Dirección Regional de Obras Hidráulicas sólo existan dos profesionales «para atender los requerimientos de la Región».
También, indicó que «se diga lo que se diga, desde que las empresas forestales llegaron, las comunidades comenzaron con el problema del agua; las napas subterráneas se van a ir secando si no se regula esta situación, y se siga subsidiando a estas empresas que no pagan contribución ni patente y además destruyen los caminos del área rural».
Buscando soluciones
En San Juan de La Costa, también es evidente el «alto impacto de las plantaciones forestales» en el déficit hídrico, según indicó el alcalde Bernardo Candia. Durante todo el año, proveen agua mediante cuatro camiones aljibes para 402 familias. Cada semana se reparten 40 mil litros de agua en diversos sectores. El municipio gasta $15 millones en agua, y el Gore aporta $250 millones en transporte.
En La Costa, desde 2014 la falta de agua ha ido creciendo e incluso el municipio envió hasta siete camiones en la época de mayor demanda durante el verano. «Ahora ha caído más agua, pero no se han recuperado las napas subterráneas. El problema no es que no haya agua por la falta de lluvia sino que no existe agua en determinados sectores de San Juan de La Costa», enfatizó el alcalde.
La situación obligó al municipio a impulsar la plantación de especies frutícolas; para ello, ya entregó más de 2 mil plantas de cerezos y nogales.
Y en cuanto a obras, San Juan maneja un plan con cinco líneas de acción: pozos profundos; sistema APR para 122 familias, a la espera de RS; cosecha de aguas lluvia (120 familias ya cuentan con el sistema); mejoramiento de pozos artesanales para 12 familias de Monteverde, a replicar en otros sectores; y microembalses en cauces pequeños como esteros.
Con todo, Candia señaló que «los municipios hemos demandado al gobierno crear un fondo especial para esta línea de trabajo, para que todos los años podamos postular los proyectos e ir resolviendo el problema de fondo».
Fuente: Austral de Osorno