Por cuarto año consecutivo, la importación de productos lácteos cumplirá un récord al alza, según cifras de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa).
En los informes de los respectivos años, Odepa señala que entre enero y noviembre de 2015 fueron importadas 57.436 toneladas; en 2016 se internaron 63.857; en 2017, 89.993 toneladas; y entre enero y octubre de 2018, la cifra ya suma 87.856 toneladas.
En el informe se detalla que los productos más importados este año son los quesos, la leche entera en polvo y la leche descremada en polvo. Mientras que los principales países de origen son Nueva Zelanda y Estados Unidos.
Esta situación mantiene en alerta a los productores locales, quienes ven con resquemor cómo la industria opta por productos extranjeros versus los nacionales.
Sector en la nebulosa…
«En noviembre de 2017 presentamos una solicitud de salvaguardia a la Comisión Nacional Antidistorsiones de Precios, porque comparamos ese año respecto de 2016, donde se verificó un incremento sustancial, repentino y muy dañino de las importaciones de productos lácteos a la rama de producción nacional, que ya era un récord. Y al día de hoy se siguen dando las mismas cifras», comentó Eduardo Schwerter, presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche).
Es por ello que el dirigente gremial de Llanquihue aseguró que es ahora cuando más necesitan que la Comisión apruebe la solicitud de salvaguardia que protege mediante impuestos a la producción nacional.
«La audiencia final, que está contemplada en el procedimiento de esta Comisión, se hizo el 16 de octubre y esperábamos una respuesta al mes, pero ya cumplimos dos meses y no habido ninguna», lamentó Schwerter, quien no logra explicar por qué se ha dilatado tanto un tema que por estos días urge más que nunca al sector lechero.
Pero, además, el 8 de marzo de 2018, la Comisión Nacional Antidistorsiones se acogió a investigar, para lo cual tenían 90 días para dar una respuesta, algo que tampoco ha ocurrido.
Esto genera preocupación e incertidumbre en el rubro, porque mientras pasa el tiempo, las importaciones siguen aumentando y sustituyendo a la producción nacional, explicó Schwerter.
En tanto, Marcos Winkler, veterinario y presidente de la Asociación de Productores Lecheros (Aproleche) de Osorno, también se mostró preocupado por estas cifras y por el hecho de que no exista respuesta frente a la solicitud.
«Estamos desconcertados con ese tema, no sé bien qué palabras utilizar, ya no sabemos a quién más recurrir, porque ya nos acercamos al Ministro de Agricultura y a los ministros en general, y al Presidente de la República en peticiones directas y específicas por parte de nuestro gremio para que se pronuncie, pero no ha pasado nada. Los plazos están totalmente fuera de rango y de foco. Es una vergüenza y una decepción», lamentó Winkler.
No obstante, el dirigente de Aproleche está más bien enfocado en cómo mejorar la situación del gremio lechero mediante distintas iniciativas que esperan seguir incentivando el próximo año.
Si bien esperan más que nunca una respuesta ante la solicitud de salvaguardias, Winkler destacó la importancia de trabajar en campañas de mercado que reafirmen que Chile es uno de los cinco países que tiene «la mejor leche del mundo, producida en base a pastoreo», pero que es un potencial que se está perdiendo.
Es por ello que entre las campañas se encuentra la marca sectorial (que es a nivel país) y la marca regional, que se llama «sello de origen», para categorizar mejor los productos.
Asimismo, la asociatividad sigue siendo fundamental para potenciar la búsqueda de nuevos mercados y volver a ser un país exportador y no importador, añadió Winkler.
Poca salida
Por el contrario, en el informe de Odepa se observa que las exportaciones chilenas de lácteos han disminuido este año con respecto a 2017.
En detalle: mientras el año pasado se exportaron 168.266 mil dólares, hasta octubre de este año la cifra alcanza los 160.890 mil, que se traduce en 64.863 litros.
Con respecto a este punto, Eduardo Schwerter consignó que «desde fuera se pudiese decir que las exportaciones probablemente estén aumentando (al igual que las importaciones), pero por han disminuido, entonces, el desbalance se agudiza. Es una situación compleja de repetir y repetir, porque al final crea un ambiente en el que el sector lechero vive reclamando que siempre está en crisis, pero es la verdad».
Además, Schwerter sostuvo que las condiciones en el sector nacional e internacional también son dispares, ya que las exigencias en cuanto a la calidad para Chile no serían las mismas para los productos que ingresan al país.
Marcos Winkler aseguró que esta situación impacta directamente a la Región de Los Lagos, donde se producen mil millones de litros al año.
«Por lo tanto, 10 pesos por litro son 10 mil millones de pesos en plata que circula en todos los locales (verdulerías, zapaterías, venta de maquinaria, de automóviles, insumos, entre otros). Es por ello que impacta en la cesantía, en el sueldo y en el circulante de las ciudades», añadió.
Y también ha provocado el cierre de lecherías, ya que finalmente los agricultores no son capaces de mantenerse a flote y tienen que salir del negocio o cambiarse de rubro; de hecho, 10 mil lecherías han cerrado en los último 10 años, explicó el veterinario.
Recepción de leche
La recepción de leche fresca también mostró una baja durante el transcurso de este año, en comparación con el anterior.
Según datos de Odepa, el año 2017 la recepción de leche fluida en la Región de Los Lagos alcanzó los 821 millones 644 mil 604 litros, mientras que este año, al mes de octubre, van 797 millones 779 mil 456 litros, es decir, 2,9% menos.
Esto se podría explicar, entre otras cosas, por el estancamiento que vive desde hace unos años el sector lechero y por el cierre de planteles.
«Los costos siguen subiendo anualmente y el precio pagado a productor se mantiene por mucho tiempo, por lo tanto, los ingresos no alcanzan a cubrir los gastos, lo que tampoco permite que se pueda aumentar la producción ni realizar inversiones para ello», aseguró Schwerter.
Visión a largo plazo
Con una mirada enfocada en el valor agregado de los productos lácteos, como una alternativa para el sector, Nabor Carrillo, académico de Inacap y economista, explicó que la exportación de quesos puede ser el futuro.
Según el análisis de las cifras de Odepa hecho por el académico, el producto que más está importando Chile es el queso, porque al parecer el chileno estaría refinando el gusto por este producto.
En ese sentido, comentó que «la evidencia nos diría que hay que apostar por productos gourmet, que dejan de ser commodities y pasan a ser refinados, donde la persona que está comprando igualmente lo valoriza y paga por ese producto en una proporción mucho más alta».
El economista se refirió a la solicitud de salvaguardia como una solución de corto plazo, ya que explicó que «en el largo plazo no es sostenible, porque más que la pregunta de cómo proteger a la industria mediante impuestos, habría que preguntarse qué es lo que hay que hacer con la industria para hacerla más eficiente y competitiva».
Con respecto a la disminución en la recepción de leche, Carrillo señaló que esto se puede deber a la lluvia, el frío y el evidente cambio climático, así como también a una manera de autodefensa de los mismos productores que buscan hacer frente a los costos.
En cuanto a las exportaciones, notó un alza en cuanto a la leche infantil, lo que cree también es un nicho.
En tanto, desde el Consorcio Lechero (entidad que agrupa a todos los representantes de la cadena láctea) declinaron referirse al tema.
Fuente: Austral de Osorno