Salvaguardias contra las importaciones de leche en polvo y queso gouda, nuevo etiquetado para los lácteos, cooperativismo como única salida para mejorar los ingresos y nueva tipificación de la carne son, entre otros, los temas que marcarán el nuevo año en la alicaída ganadería nacional.
Lento trámite para salvaguardias
Con la esperanza de que 2019 les traiga las salvaguardias que solicitaron a la Comisión de Distorsiones contra las importaciones de leche en polvo y queso gouda cierran el año en Fedeleche, la Federación de Productores Lecheros. “Aún le vemos sentido a la petición, porque el incremento de importaciones fue histórico entre 2016 y 2017 —sobre 46%—, pero lamentablemente 2018 registra valores bastante similares. Entonces, las salvaguardias siguen siendo necesarias”, señala Eduardo Schwerter, presidente de Fedeleche.
En el sector que está fuera de Fedeleche y que fue reacio a suscribir la petición de salvaguardias, como Aproval, plantean que la mala experiencia lleva a pedir una reforma al funcionamiento de la comisión, para que sus decisiones lleguen en el momento en que se necesitan.
Nuevo etiquetado para los lácteos
El 2019 debería traer la nueva ley de etiquetado, de gran controversia durante este año. Un proyecto que nació en la Cámara de Diputados tras fusionarse dos mociones parlamentarias y que comenzó cuestionando incluso el valor nutricional de las leches en polvo y reconstituidas. Al final se llegó a algo menos rígido y más acorde con los reglamentos nacionales e internacionales. Ahora se centra en exigir el origen del producto.
La idea es informar mejor al consumidor para que tome sus decisiones de consumo y pueda diferenciar entre los productos, dice Schwerter.
En el Senado no se quisieron quedar atrás y también desarrollaron una iniciativa sobre etiquetado que ya pasó a la Cámara Baja.
Asociados se puede lograr más
Uno de los temas más comentados del año y que seguirá estando presente en el 2019 es la importancia del cooperativismo, que también ha sido promovido por el Ministerio de Agricultura. “Vemos que los productores que están integrados verticalmente en una empresa tienen una participación mucho más efectiva en el negocio y mejores perspectivas, mientras que los otros que vendemos nuestra leche a un precio que nos puede convenir o no, solo participamos del negocio del minuto y nada más”, relata Schwerter.
De ahí que la palabra integración y asociatividad quedaran dando vueltas. La mirada va a Campos Australes que ha terminado su primera etapa de venta de acciones y en su última junta de accionistas se decidió por un modelo cooperativo.
Más información objetiva
El Consorcio Lechero tiene entre sus prioridades, dentro de la subcomisión de productividad y competitividad de la Comisión Nacional de la Leche, el desarrollo de un observatorio lácteo, tomando el ejemplo de Argentina, que entregue información de mercado a toda la cadena. Se espera que el próximo año el tema tenga la importancia que le dan en el sector. El asunto también es trabajado y planteado por Fedeleche a través de Odepa. La idea es avanzar en tener mayor información y de mejor calidad, que es indispensable para la toma de decisiones.
Parálisis gubernamental
El ministro de Agricultura, Antonio Walker, anunció que reactivaría la Comisión Nacional de la Leche a mediados de año —luego que en la administración anterior alcanzaran a ponerla en acción luego de ocho años de inactividad. Pero tras una reunión no se supo más del planteamiento. De ahí, la autoridad tomó distancia con el sector y en la última SAGO ni se refirió a las salvaguardias. Se comenta que la presión política que soportó provocó que se complicara con el tema.
Solución para el sector cárnico
La reforma a la normativa sobre tipificación de la carne seguirá siendo el tema más comentado. Queda para 2019 la discusión sobre la propuesta que el Ministerio de Agricultura, a través del director del SAG, presentó a los distintos integrantes del sector, los cuales solicitaron siete días para analizarla. En resumen, la idea es no cambiar la ley sino el reglamento, y plantear que la tipificación llegue solo hasta la canal en el sector mayorista, y que a nivel de carnicerías y supermercados se eliminen las letras. A cambio, el SAG garantizará un par de sellos cuyo uso sería voluntario. Uno de ellos mostraría que la carne ha sido faenada en Chile, y el otro, los atributos de calidad que puede tener, como acidez, marmoreo o color.
Hasta ahora, un gran sector productor y procesador está por terminar con esta norma. “Existe conciencia entre la mayoría de las asociaciones de agricultores, sindicatos de trabajadores de la carne, industrias procesadoras y también las comercializadoras, respecto de los nefastos efectos que ha tenido la tipificación de la carne… La oferta nacional está artificialmente restringida, pero eso no es todo: los chilenos quedan a merced de una oferta mayoritariamente extranjera… Lo que corresponde ahora es que podamos avanzar hacia una solución definitiva”, señala Christian Arntz.
En Fedecarne plantean que el país no se puede quedar sin una norma, aunque están de acuerdo en hacerle cambios. Uno de los gremios que la componen, Agrollanquihue, señala que la norma requiere ser mejorada, pero no eliminada. Aclaran que lo que se intentó al comienzo fue darcuenta de la alta correlación entre un animal joven y la carne más blanda. Para eso se creó la nomenclatura V A C U N O, que derivó después en V C U N O, utilizando principalmente la cronometría dentaria, donde la letra V señala a los animales más jóvenes. Lo que proponían es fusionar la letra C con la V, porque ofrece animales similares.
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millones de litros de leche producidos hasta octubre, registra Odepa. Se estima un crecimiento final de 1% a 2% respecto de 2017.
Fuente: Economía y Negocios.