Chile: Lechería; experto señala que inversión en riego es fundamental para consolidar la producción

La rentabilidad en la lechería es pequeña, por lo que desarrollar cada unidad productiva de la mejor forma es clave. Así lo aseguró Augusto Espinoza, médico veterinario y administrador de Nueva Río Blanco, predio agrícola ubicado en el sector de Crucero en la comuna de Purranque, en la región de Los Lagos.

Este profesional, quien cuenta con una vasta experiencia en el tema reproductivo y productivo, ha asesorado a varias lecherías y fue consultor asociado en Best-fed cerca de 15 años, se presentó en el seminario “El Riego: para la producción de leche en base a praderas”, organizado por Best-fed donde dio a conocer cómo ha sido su experiencia en la administración de una lechería.

El predio que maneja cuenta con tres salas y 1.000 vacas. “Se trata de una zona extrema de secano, donde dependen del riego, y debemos hacerlo lo mejor posible, dada las rentabilidades pequeñas de la lechería”, señaló.

SISTEMAS DE RIEGO

Existen diversos sistemas de riego que se pueden utilizar. En Chile, entre los más usados está el de Carrete, Pivote y K-line.

En el caso de la modalidad Carrete, éste tiene gran movilidad, versatilidad y adaptación a distintas condiciones de suelos y cultivos.

Por otro lado el de Pivote permite avances frontales a bajo costo energético, con adaptabilidad para distintos cultivos, y sistemas automatizables.

En el caso de K-line, éste es un sistema revolucionario de tuberías de polipropileno de baja densidad muy flexibles que están conectadas a aspersores instalados dentro de tazones fabricados con plástico que los protegen; y permite que el sistema opere sin problemas, mientras el ganado se encuentra pastando y su cambio de postura de forma rápida mediante el uso de una moto de cuatro ruedas.

El sistema puede ser operado a baja presión y es diseñado para distribuir el agua bajo un método de absorción lenta de hasta 24 horas de aplicación, primero, para eliminar la necesidad de realizar varios cambios de postura al día y, segundo, para permitir una máxima absorción al suelo, reduciendo el escurrimiento superficial y el empozamiento.

ANÁLISIS

Espinoza explicó que en el caso de Nueva Río Blanco utilizan el sistema K-Line. Este predio de 135 hectáreas de secano con 10 hectáreas de nabo más la pradera sin riego logró mantener 190 vacas y con una producción de 1millón 200 mil litros con un margen de 780 mil pesos.

Esta misma lechería con un riego, solo en el 50 por ciento de la superficie, pudo alcanzar una masa de 360 vacas con cuatro héctareas de nabo regado y producir un diferencial de dos millones 200 mil litros y subir el margen de alimento a un millón 700 mil pesos.

“A pesar de que el riego no es barato se puede producir más leche en la misma superficie y tener más vacas”, comentó.

El costo que manejaron el año 2019 por kilo producido sufrió importantes cambios. Han tenido costo de 490 mil pesos por hectárea en el proceso de riego que son seis meses, desde noviembre a marzo, y el costo por kilo producido bajo riego varía entre $65 y $100, pesos el kilo de materia seca.

Sobre esta superficie, el cambio más importante fue duplicar la cantidad de animales que podían tener en las mismas hectáreas. “Antes no se llegaba a buenos márgenes y había que pensar en cambiar de rubro”.

En el caso del riego, Espinoza recalcó que: “si uno tiene el dinero para aumentar los animales debe hacerlo”.

Además explicó que todos los que riegan han ido disminuyendo su diferencial, por lo tanto el kilo de materia seca de diferencial ha ido aumentado su valor. “Por eso estamos preocupados de buscar asesoría especializada para que nos ayude a ver qué debemos mejorar. Nuestra eficiencia de resultado ha ido disminuyendo. Es un tema de manejo que se debe mejorar y también incide el que se ha ido extremando el calor”

Sobre la inversión explica que no sólo hay que contar con los recursos, sino que también pasa por tener agua disponible, cercana y poder conseguirla con pozo profundo, “ya que poder hacerlo desde el río es más difícil. Los implementos de riego se pueden conseguir con créditos y todavía hay bonificaciones que el gobierno entrega y se puede alcanzar hasta un 50 por ciento de financiamiento”, comentó.

En cuanto a los valores éstos van desde los 12 millones de pesos.

Sobre la asesoría, Espinoza explicó que hay empresas que venden sistemas de riego pero lo que falta son más profesionales.

“Independiente que puedan desarrollar un proyecto se debe medir cuál es la necesidad del agricultor. En base a eso tomar decisiones de cuánto regar y luego el sistema que se escogerá”, comentó.

CLAVES

Conocer la propia realidad es clave, asegura el especialista. Por eso el productor debe saber cuánta pradera está produciendo hoy y tener una idea de cuánto puede llegar a producir con riego.

También se debe hacer un buen balance forrajero para ver cuáles son las necesidades de riego. Implementar un buen sistema y tener la ayuda de alguien que apoye a hacer de la mejor formas la operación para con los mismos costos poder obtener más kilos de comida para los animales.

“Hemos aprendido que el riego depende de mi situación agroclimática, pero la lluvia tiene un detalle. Si lloviera de forma permanente no tendríamos necesidad de regar, el problema es que la lluvia es esporádica y de grandes volúmenes”.

El profesional recuerda que en octubre de este año hubo dos lluvias entre 70 y 90 milímetros.

“Debimos seguir regando y no lo hicimos, la tierra solo aprovecha 30mm. Por eso se debe seguir regando quizá con menor intensidad pero se debe mantener”, señaló.

Por eso explicó que el riego debe ser con frecuencia, permanente, corto y con pocos milímetros.

Sobre lo que va corrido de este año, aseguró que habían menos expectativas con la lluvia y ha habido precipitaciones.

“Lo que temo es que el otoño pueda venir con lluvias más tardías. El otoño es muy importante porque es cuando se sale del verano y se puede cubrir con cultivos suplementarios”, explicó.

En 2019 la primera lluvia fue en abril y debió haber sido en febrero.

“Debemos estar preparados para mantener periodos de verano más secos y esperar que el resto del año el clima sea capaz de producir lo que no hemos hecho en ese tiempo. Pero lo clave es que si queremos producir hartos kilos de comida para los animales debemos suplir con riego”, señaló.

Espinoza explicó que no importa qué sistema productivo se utilice, sino que tan bien se haga.

Fuente: Revista Campo Sureño  

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