Cuando se habla de salvaguardia, importaciones desmedidas y sus efectos en la economía, cuando se plantean cifras, precios distorsionados, cierres de lecherías y estadísticas del sector, muchas veces nos olvidamos que detrás de estos números, existen personas con nombre y apellido. Primero, están las familias que están sufriendo en carne propia las distorsiones del mercado, con bajos precios por su producción, y con un incierto futuro. Productores como Juan Stange, Alicia Vargas, y José Escobar, entregaron su valiente testimonio de esfuerzo y tenacidad, dando la vida por sus familias y la lechería. Luego, están los que han buscado visualizar y abordar esta compleja coyuntura. Son los productores lecheros que, a través de los gremios, vienen levantando la voz durante años, trabajado codo a codo con profesionales del más alto nivel, llevando sobre sus hombros la responsabilidad de demostrar las distorsiones presentes en el mercado, y su impacto en el rubro.
Y claves son las personas que han colaborado y apoyado esta causa. Aquellos que se comprometieron con este sector: autoridades regionales, senadores y diputados, y la reciente “Bancada Lechera”, compuesta por diputados de las distintas regiones del país, quienes votaron favorablemente la Ley de Etiquetado de los lácteos, y esta semana apoyaron a los productores en el Congreso. Como también está la ciudanía en su conjunto, haciendo causa común junto los productores, a través de las redes sociales.
Bajo la luz de lo expuesto, es posible comprender mejor el “significado” de las cifras. Porque cuando decimos que las importaciones de lácteos han aumentado en un 400% en los últimos 2 años, nos referimos a que miles de personas pueden perder sus puestos de trabajo. Cuando hablamos de cierres de cientos de lecherías, serán numerosas familias las que migrarán del campo a la ciudad, abandonando la ruralidad por falta de oportunidades. Esperamos que la Comisión entregue una resolución acorde a todo el trabajo desarrollado y el apoyo recibido, pero por sobre todo, lo haga pensando en las familias de los productores lecheros, esos rostros que necesitan de un respiro para poder levantarse, y seguir entregando la mejor leche del mundo.
Fuente: Austral de Osorno.
