La emergencia agrícola producto de la sequía que afecta a cuatro regiones de la zona centro del país —Valparaíso, Coquimbo, O’Higgins y Metropolitana, y a las que podría sumarse la del Maule— tiene preocupados a los gremios y a los principales empresarios de la agricultura. Solo en Santiago hay un déficit de lluvias de 80% a la fecha y, de no haber más precipitaciones, 2019 podría convertirse en el más seco de los últimos 50 años, según la Dirección Meteorológica de Chile.
El ministro de Agricultura ha sido enfático en insistir en la necesidad de invertir en proyectos de riego para mejorar la eficiencia del uso de agua, un problema que él mismo ha calificado varias veces como “el principal cuello de botella” para el desarrollo de la agricultura nacional. “Si queremos seguir creciendo a las tasas que ha tenido el sector en los últimos años, hay que invertir en riego”, señaló.
Un problema serio
“Estamos en pleno invierno y ya se han decretado cuatro emergencias agrícolas. Esto es inédito”, señaló el jefe del Departamento de Estudios de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Francisco Gana.
Alertó sobre las “graves consecuencias” producto de la escasez hídrica y proyecta pérdidas por la muerte masiva de animales en zonas de secano y en la producción de hortalizas.
El presidente de la Federación de Productores de Fruta (Fedefruta), Jorge Valenzuela, dijo que, a pesar de que aún es muy temprano para cuantificar las posibles consecuencias, lo más probable es que sí haya efectos importantes en los resultados de la campaña 2020.
“Las abejas se resienten mucho con las altas temperaturas y la escasez de agua, lo que termina afectando en la polinización”, señaló. Valenzuela manifestó que esto puede repercutir en frutas de menor tamaño, lo que genera una menor producción.
El empresario agrícola Juan Sutil —quien impulsa un proyecto de carretera hídrica— fue más categórico. “Creo que va a haber un problema serio en la región del Aconcagua (…) hay muchos miles de millones de dólares invertidos ahí que están en riesgo”, manifestó.
El presidente de Empresas Sutil y director de la SNA explicó que las consecuencias de la escasez hídrica repercutirán especialmente en una menor producción y, por consiguiente, en la contratación de mano de obra. Aunque también señaló que puede haber otros efectos, como en el retorno de las exportaciones por una menor calidad de los productos.
La industria lechera también está preocupada. Aunque su producción se concentra más al sur, Eduardo Schwerter, presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche), dijo que también están expuestos. “Es una cadena: sin lluvias no se desarrollan las praderas, por lo tanto no hay alimento para los animales, y finalmente eso genera una menor producción de leche”, afirmó. Además, agregó que ha visto un interés en los productores por invertir en proyectos de riego para enfrentar este panorama.
Lluvias en primavera
Las esperanzas del sector están puestas en la próxima primavera, en que se espera que caigan algunas lluvias que puedan mitigar la falta de agua. “Ya en noviembre uno tiene la película muy clara”, sostuvo Jorge Valenzuela.
El presidente de Fedeleche también cree que lo que ocurra entre septiembre y noviembre será un indicador real de lo que pueda suceder más adelante.
“Creo que estamos enfrentando un escenario muy negativo, salvo que tengamos algunas lluvias que palíen el problema, pero los pronósticos actuales indican que eso no va a suceder. Yo estoy esperando lo peor para esa zona”, enfatizó por su parte Sutil.
