El sector lechero, compuesto por pequeñas y medianas empresas, quiere seguir aportando a nuestra economía nacional y regional, sin embargo, la dilación por cerca de un año en la aplicación de salvaguardias a la importación de leche en polvo y queso gouda, luego que se verificara un agudo y súbito incremento en el ingreso de estos lácteos en 2017 comparado con el año 2016, está afectando de forma relevante tanto su dinamismo como perspectivas.
Esta situación se agrava, luego de que al inicio de este proceso, se rechazará una medida provisoria de salvaguardias, y algunos de los grandes procesadores que, al mismo tiempo corresponden a los principales responsables del nivel alcanzado por las importaciones en el mercado chileno, anunciaran significativas bajas en el precio pagado a productor, golpeando la rentabilidad de miles de planteles lecheros a lo largo del país, cuyo aporte económico y social se traduce en la generación de empleo permanente y de calidad, lo que a su vez permite fortalecer la descentralización y regionalización de nuestro país.
En este contexto, y ad portas que la Comisión Nacional de Distorsiones resuelva este requerimiento, según lo confirmó el propio Ministro de Agricultura, como representantes de los productores de leche del país y de la región de Bio-Bio esperamos que la determinación final sea favorable a fin de evitar volver a repetir el comportamiento mostrado por estas importaciones. Además, hacemos un imperioso llamado a quienes encabezan los ministerios e instituciones del Estado a que dimensionen con profundidad en qué pie quedará la lechería nacional tras esta decisión, en consideración de los elementos antes consignados.
En este sentido, creemos firmemente que poder recurrir al ordenamiento jurídico vigente para defender la lechería nacional no es una medida proteccionista, sino que una necesidad imperiosa, ya que el desestimar esta medida no solo terminará por favorecer los intereses económicos de unas pocas empresas, cuyas estrategias comerciales lamentablemente nos han transformado en un país importador neto de leche, esto a pesar que el consumidor ha manifestado claramente su preferencia por el producto nacional, sino que además comprometer el tremendo potencial y las ventajas comparativas que poseemos como nación productora para asegurarnos el autoabastecimiento de este vital alimento y que en el mundo avanzado forma parte de las áreas estratégicas en cuanto a la seguridad alimentaria se refiere.
Por Eduardo Schwerter, presidente de Fedeleche
Fuente: La Tribuna