Cristián Allendes, presidente de la SNA: “Esperamos que lo que venga sea mejor en lo político, crecimiento e inversiones”

El Mercurio – Revista del Campo

Reconoce que tras el resultado de las elecciones, los agricultores habrían empezado a pensar de nuevo en invertir. Considera que es necesario que se realicen cambios, pero que se hagan de manera adecuada, con el aporte del Parlamento y de los políticos, y que se garantice la seguridad pública.

Una cierta tranquilidad, aunque aún cautelosa, es lo que percibe Cristián Allendes, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), en el agro tras el rechazo al proyecto constitucional el 4 de septiembre.

‘En el caso de la agricultura, le hacía mucho daño, primero por la pérdida de los derechos de agua. Veíamos que con esto se ponía en riesgo la alimentación de los chilenos. Y eso se refleja con el resultado de zonas que vienen viviendo sequías muy dramáticas, como Petorca, donde se les ha secado todo, pero donde aun así ganó el rechazo’, dice.

Ante lo que se viene ‘estamos con una nueva esperanza. Aquí hay un trabajo que debe partir desde el Parlamento y de los partidos políticos que son quienes tienen que preocuparse de que se haga una reforma bien hecha’, plantea. Y agrega que espera que lo que haga se defina rápido, pero no con apuro. ‘Que se demore un poco más es lo prudente para que haga bien. Esperamos que lo que venga sea mejor en lo político, crecimiento e inversiones’, dice.

– ¿Se reflejará en una reactivación de la inversión?

– Hemos visto que los agricultores y empresarios agrícolas están conversando de nuevo sobre posibilidades de inversión, a pesar de que el camino no está despejado totalmente. Es porque estamos confiados en que no se van a volver a cometer los mismos errores. Chile y la agricultura no puede seguir esperando ya que después el camino se pondrá pedregoso y no podremos volver al pavimento.

Aquí es clave que el Estado garantice que todos tengan tranquilidad para invertir, también controlando los problemas de delincuencia. He venido hablando con mucha gente sobre cómo les roban los camiones, cómo les roban en los campos, en las distribuidoras. El Estado tiene que garantizar la seguridad pública.

– Uno de los temas que preocupaba al sector agroalimentario de la propuesta constitucional era el del agua. ¿Qué esperan a futuro en esta materia?

– Once años se trabajó en un cambio al Código de Aguas, el que fue consensuado por cientos de expertos que entienden los destinos del agua. El Código no es perfecto, pero establece reglas claras y en base a eso debiera regirse el tema del agua en el país. Está plenamente establecido en el Código el acceso y abastecimiento del agua para las personas. Pero, el Estado está al debe con la población rural, con los sistemas de Agua Potable Rural. Ahí se requiere hacer un trabajo público-privado mucho más importante para que no vuelva a pasar lo de Petorca, en donde durante 15 o 20 años no se actuó y se secó todo.

El agua se requiere también para generar los alimentos para el país y para el mundo. Hay que hablar de seguridad alimentaria, donde está incluida la soberanía, porque hay que producir para Chile y el resto del mundo, igual como lo hace el resto del mundo. Si no fuera por este intercambio Chile tendría hambre, no habría suficiente trigo, no habría azúcar, maíz… Y las exportaciones de alimentos, además, retornan al país pagando impuestos. Hay un círculo virtuoso muy positivo en el uso de esta agua.

– En la propuesta constitucional se contemplaba a los Consejos de Cuencas, que podrían ayudar a enfrentar la gestión en la escasez hídrica.

– Hace tiempo que la DGA plantea que es importante que los usuarios de cada cuenca conversen. Creemos que sí, se puede avanzar, a través de la DGA, en los Consejos de Cuencas, en miradas globales por cuenca, se pueden tener más recursos, hacer una gestión más integrada… pero tiene que ser bien hecho. Lo importante es que participen los entes y personas que saben y con una representación de acuerdo al uso que se haga del agua en cada zona.

– También se planteaba avanzar en temas de género.

El trabajo agrícola fue tradicionalmente de hombres, pero en los últimos 25 años, las mujeres han ganado terreno de manera importantísima. Hoy en trabajo de campo, al menos el 40% de la mano de obra es femenina. En los puestos de mayor responsabilidad, las mujeres ocupan el 50% de los puestos ejecutivos, entendiendo que hay rubros en que puede haber menos y en otros más. Entonces, la paridad es muy grande. Hay espacio para hacer más en cargos gerenciales. Además, creo que esta es prácticamente la única industria donde las mujeres y los hombres ganan lo mismo.

– El proyecto constitucional profundizaba la protección medioambiental, un aspecto en el que el agro es cuestionado…

Entendemos que tanto el Gobierno como las personas en el mundo buscan un planeta más sustentable, más verde. Ahí la agricultura y el sector rural son los que más contribuyen. Tenemos bosques, árboles frutales, viñas, pasturas, siembras y todo esto ayuda a secuestrar carbono y contribuye a la carbono neutralidad.

Lo que contamina son las ciudades. La agricultura trabaja con certificaciones de casi todo tipo para exportar y vender en el país.

Lo que viene en el mediano plazo es seguir con un constante cambio hacia la sustentabilidad, más energía como la de los paneles solares, más riego tecnificado.

También hay un giro muy importante en el manejo de productos sanitarios y de fertilizantes.

Ya prácticamente no existen productos de clasificación roja —los de mayor riesgo de contaminación— y la industria de exportación hoy utiliza prácticamente solo verdes o amarillos. Las mismas empresas de estos productos están sumando cada vez más alternativas bio, más inocuas para las personas y el medioambiente.

– Al asumir en la SNA señaló que sumarían a los pequeños agricultores Y los apoyarían en mejorar su productividad…

– Lo trabajamos con la ministra María Emilia Undurraga y ahora con el ministro Esteban Valenzuela. Con el ministro hemos conversado de que la única manera de que se avance hacia que Chile sea una potencia agroexportadora y para tener seguridad alimentaria es con la pequeña agricultura.

Como SNA creamos una unidad, con gente de Indap y una agrónoma especializada, para trabajar en potenciar a la pequeña agricultura y ayudarla a acercarse a la producción más sostenible. Hemos dictado cursos en temas hídricos en distintas localidades; estamos haciendo dos o tres concursos de emprendimiento e innovación en donde la pequeña agricultura tiene mucho que decir. Y la pequeña agricultura ya es parte de la SNA, con presencia en 46 asociaciones socias.

Los desafíos de la temporada

– La temporada pasada los fletes caros y las dificultades en puertos impactaron negativamente. ¿Se repetirá este año?

Efectivamente, el gran patito feo del año pasado fue este tema. Solo en la fruta de exportación se perdieron sobre US$ 1.200 millones. Hoy exportar una caja de manzanas o de uva no es viable, porque el flete subió US$ 5 por caja en manzana y US$ 2,5 en uva, sus rentabilidades.

Parte de esto fue por la excesiva y abusiva alza de costo de los fletes marítimos, a lo que se sumó el problema en los puertos.

Para este año, estamos trabajando para tomar medidas, como más naves exprés. Les estamos insistiendo a las navieras que haya costos más razonables. Es un tema no solucionado. Tampoco sabemos cómo van a operar los puertos en el mundo. Se está trabajando, pero no hay garantía de resultados.

-El otro gran tema es el de la escasez de mano de obra.

Si no contamos con mano de obra extranjera, será muy complejo.

Tenemos reunión pronto con el subsecretario y la ministra del Trabajo para buscar una fórmula de visa de trabajo fácil, muy sencilla, en la que el migrante se comprometa un plazo máximo de 6 meses, con un contrato de trabajo que le garantice la protección social. Que haya tranquilidad de que es un trabajo temporal. No es solo un problema de Chile. Es global. Australia anuncio que aumentó de 160 mil a 190 mil los cupos de trabajadores.

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