Campo Sureño
«Hemos enfrentado un año 2022 bastante complejo, y aunque se han observados precios relativamente más altos, todos los insumos y los costos asociados a la producción de leche han subido de forma considerable, lo cual ha significado como productores adaptarnos a una realidad muy difícil. De hecho, este año probablemente la producción de leche caerá en torno a un 2%, resultado que, claramente, no nos deja satisfechos, porque, siempre hemos pregonado aumentar nuestra producción nacional, recuperar el autoabastecimiento en el mediano plazo a medida que sustituimos importaciones de productos lácteos. El sector tiene el potencial para lograrlo y a su vez para crecer en exportaciones con productos de mayor valor agregado.
DESAFÍOS
En este sentido, todavía creemos que somos capaces de ofrecer mucha más leche de lo que estamos produciendo, a través del fomento de la asociatividad y el cooperativismo entre los productores, generando economías de escala y competencia en el mercado. Por otro lado, es indispensable seguir estimulando el consumo interno mediante campañas que permitan difundir los grandes atributos y beneficios nutricionales de la leche y productos lácteos chilenos.
No obstante, también hay que reconocer en las condiciones actuales no solo ha sido difícil sostener esta producción, sino que además no estarnos viendo posible un aumento en el corto plazo.
En este contexto, es absolutamente necesario que la industria comprenda y tenga una acción responsable de apoyo hacia sus proveedores, ofreciendo condiciones que estimulen su desarrollo y permitan sobrellevar el impacto de la inflación. Este será unos de los grandes desafíos que se advierten para 2023 y todos los actores de la cadena debernos aportar para que la leche, un alimento esencial y básico de las familias de nuestro país, siga estando disponible, garantizando una alimentación saludable y nutritiva, y una seguridad alimentaria, altamente valorada en estos tiempos desafiantes.
